miércoles, 13 de mayo de 2015

A propósito del día de la libertad de prensa

La Censura, el pan de cada día en Colombia

Por: Luz Mery López Ayala          @lopez_ayala
Hace ya 28 años del asesinato de Guillermo Cano Isaza Director del periódico El Espectador, en aquellos tormentosos años 80’s  en los que como decía el mismo Cano "el problema en nuestro negocio es que nunca se sabe si volveremos por la noche a casa", fueron años en los que hablar de extradición resultaba ser la sentencia de muerte y quienes se atrevieron, terminaron en el exilio o muertos como fue el caso de Guillermo Cano, de esa época quizás se crea que ya no hay vestigios en la actualidad, pero ¿Es cierto que en Colombia hay  libertad de expresión y prensa como lo plantea el artículo 20 de la constitución?, la verdad es que ésta mal llamada libertad de expresión no resulta ser más que un texto idílico en este país consagrado al corazón de Jesús.
En Colombia, además de ser uno de los países con mayor peligrosidad para ejercer el periodismo, la libertad de expresión y prensa esta coartada por los dueños del medio al cual se pertenece o por los dueños de la pauta publicitaria,  entonces quien escribe debe tener cautela para tocar ciertos temas que le resulten sensibles a quienes financian la lonchera del medio.
En ese mismo artículo de la constitución se expresa que no habrá censura, y claro que no hay censura en nuestro país  porque apareció una figura mucho más peligrosa para controlar que se publicaba y que no, esta figura se llama autocensura. Ésta se ejerce de manera sutil en las salas de redacción, se “sugiere” más no se impone, pero en la eventualidad que se vaya contra la corriente despiden al contravent@r, cierran la columna y si te vi no me acuerdo.
El tema de la existencia o no de la censura no resulta ser un tema nuevo, éste data desde 1791 cuando se saco el primer periódico regular en Colombia, denominado El Papel Periódico de la Ciudad de Santa Fé de Bogotá, en él, estuvo presente esta figura impartida por el estado y por la iglesia lo cierto es que siempre ha existido y ha sido ejercida por diferentes aparatos de poder, con el pasar del tiempo unos y otros han tenido control sobre  lo que se publica, pero la constante que se ha conservado, es que  quiénes han osado sobrepasar la línea han terminado en la cárcel, exiliados, muertos o peor aún vendidos.
He aquí algunos nombres que han trascendido la historia por haber cumplido con su oficio: Antonio Nariño, Francisco Pérez "mamatoco", Guillermo Cano, Jorge Enrique Pulido, Diana Turbay, Julio Daniel Chaparro, Jorge Navas, Carlos Lajúd Catalán, Álvaro Gómez Hurtado, Jaime Garzón.
El panorama no resulta ser alentador para l@s periodistas, por donde se le mire se corre peligro, pero quizás esto  es el motor que cada día  impulsa a seguir viviendo más para dar más por el ejercicio del periodismo.